En contra de lo que comúnmente se piensa, un estimulante
funciona en un niño hiperactivo como relajante.
De hecho, los fármacos utilizados con ellos son derivados de
las anfetaminas. En realidad, el problema
de los hiperactivos es porque su
nivel de arousal (activación interna) es tan bajo que la compensan con una sobre-actividad externa (exceso de nerviosismo
en sus movimientos). Por tanto, al subirla con coca-cola o café, su mecanismo
homeostático se equilibra y el niño se tranquiliza.
Es también una buena fórmula para saber, cuando se tienen dudas, si un niño es realmente hiperactivo o simplemente nervioso. Si con un estimulante se tranquiliza, el diagnóstico está hecho.
Psicóloga en Cáceres y Salamanca. Aurora Gardeta Gómez.
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